La producción de vehículos pesados se recuperó 12.5% de enero-julio de este año, al alcanzar las 107 mil 647 unidades, frente a las 95 mil 688 del mismo periodo en 2021, pero aún por debajo de los niveles prepandemia.
Únicamente en julio, la cifra escaló 25.73%, hasta las 16,314 unidades manufacturadas, informaron el Inegi, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT) y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
El presidente ejecutivo de ANPACT, Miguel Elizalde estimó que las exportaciones y producción están demostrando la importancia de Norteamérica, para la planta productiva nacional y en lo particular en la fabricación de vehículos pesados.
Con esta racha de crecimiento, las ventas al mayoreo que, en los siete primeros meses de este año, ascendieron a 26.27% hasta un acumulado de 21,901 unidades, 442 unidades más, frente a las 17,245 registradas en el mismo lapso del 2021.
Para julio, las ventas avanzaron hasta 16.11%, al comercializarse 3,185 unidades pesadas.
Las ventas al menudeo también siguieron la misma tendencia, incrementándose 19.14%, a 21,645 pesados en los siete meses de este año, 2,471 unidades más, frente a las 18,168 que se reportaron en el periodo similar del año anterior.
En julio, logró crecer 10.83% las ventas al menudeo en el mercado nacional de pesados, culminando en 3,029 unidades, versus, 2,733 unidades en 2021, esto representó 296 vehículos más.
Las unidades exportadas durante los primeros siete meses alcanzaron 89,027 unidades, cifra que representa un crecimiento acumulado del 8.8% respecto a las comercializadas al exterior en los primeros siete meses del 2021.
Asimismo, en el mes de julio, se registró un total de 13,032 unidades exportadas, que frente a las 11,076 exportadas en el mismo mes de 2021, representó un crecimiento de 17.7 por ciento.
Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de ANPACT, reiteró que “las cifras de exportación y producción demuestran la importancia de Norteamérica, como mercado en la economía su conjunto y para la planta productiva nacional”.
Por lo que instó a preservar el T-MEC como un instrumento que fomenta la inversión, el libre comercio, la generación de empleo y el desarrollo de la región, al tiempo que brinda certeza comercial y jurídica en beneficio de la economía del país.
Por otra parte, consideró necesario armonizar los ordenamientos locales con la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial (LGMSV), a fin de impulsar la renovación del transporte público y de carga en el país, evitar la sobre regulación y contar con bases de datos consistentes y sólidas que permitan una movilidad más segura, más eficiente y con un menor impacto ambiental.
Lo anterior ante el riesgo potencial de desaceleración de la economía de los EE.UU., y por en consecuencia tomar previsiones en el mercado doméstico, donde la cadena de valor del sector autotransporte es clave para continuar generando empleos y derrama económica en México.
Daniel Zurita