PUERTO VALLARTA, Mx.- La infraestructura portuaria enfrenta problemas que limitan su capacidad para gestionar el creciente tráfico de buques y comercio en los puertos, mientras el sector privado espera que el nuevo gobierno implemente cambios significativos, especialmente en Manzanillo, la principal puerta de entrada al país en el Pacífico.
La tendencia de relocalización, que beneficia a México, se ve amenazada por la falta de respuestas efectivas y claras; al menos, ese fue el sentir general de los convencionistas asistentes al 28 Congreso de la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (AMANAC).
Muchos de quienes tomaron la palabra describieron la situación como "desastrosa", ya que los barcos ahora esperan hasta cinco días para ser descargados en los principales puertos. Para Javier Moreira, CEO en México de la naviera global de origen francés CMA CGM, esto representa una clara "ineficiencia".
El impacto en el comercio
A pesar de esto, los costos por retrasos en los puertos continúan aumentando, resultando insostenibles para la industria, dijo Moreira.
Por su parte, el vicepresidente de Hapag-Lloyd en México, Torsten Nolting, criticó las ineficiencias logísticas, afirmando que el crecimiento del comercio ha abrumado la infraestructura.
En los primeros ocho meses del año, los puertos comerciales de México desplazaron más de 6.2 millones de TEU, con un aumento del 14.8%.
Aunque Lázaro Cárdenas (LC) reportó un aumento del 34.9%, el tráfico en Manzanillo solo creció un 8.5%, evidenciando que la capacidad actual no satisface la demanda, mientras cada semana sus bahías amanecen con decenas de barcos en espera de entrar.
Condiciones para el éxito
Para Manuel Fernández, CEO de SSA Marine México, esta situación es una oportunidad de crecimiento que debe aprovecharse, a medida que una mayor eficiencia es necesaria para enfrentar la relocalización.
Además, enfatizó que, para el ecosistema portuario mexicano, junto con la demanda de necesidades y retos de todos sus integrantes, así como los avances en algunas variables, el gobierno debe proporcionar tres condiciones esenciales: estabilidad macroeconómica, un clima favorable para la inversión y reglas claras, incluyendo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Se requieren inversiones significativas y colaboración para abordar esta crisis, reforzó Patricia Pérez, CEO de la naviera danesa Maersk México, quien advirtió que el país "se está quedando atrás", invirtiendo solo el 3% de su PIB en infraestructura, muy por debajo del 4% recomendado internacionalmente.
Los agentes navieros, liderados por Fernando Con, además de los agentes aduanales, encabezados por su dirigente Miguel Coss, coincidieron en que el nuevo gobierno debe priorizar el desarrollo de la capacidad portuaria.
El futuro de la infraestructura
De hecho, desde 2019 el gobierno presentó un plan para expandir Manzanillo, pero hasta el momento no existen avances, lo que reflejaría desinterés por parte de los administradores portuarios, según comentaron los convencionistas.
Los congresistas, que se reúnen anualmente en diversos foros para analizar la situación del sector, cuestionaron en distintos tonos la gestión en ASIPONAS. Mientras tanto, trascendía entre bastidores el estatus de participación en las decisiones portuarias del capitán mercante Fernando Gutiérrez, quien está rodeado por una veintena de almirantes autónomos que manejan los puertos.
Hacia un cambio necesario
Por lo pronto, Julieta Juárez, gerente administrativa de ASIPONA Manzanillo, mencionó que la apertura de un nuevo acceso vial aumentará la capacidad de atención de camiones de 1,000 a 6,000 al día, pero esto es insuficiente.
Más allá del discurso, los agentes aduanales y maniobristas argumentaron que los puertos han retrocedido 20 años. Aunque la tecnología ha avanzado y existe más información, en la misma proporción aumentan el robo de mercancías y asaltos a camiones que salen de los puertos.
La situación en los puertos mexicanos requiere reformas urgentes y una inversión real en infraestructura, concluyeron los convencionistas. Precisaron que, sin acciones efectivas, México corre el riesgo de perder competitividad en el comercio internacional, dejando al transporte marítimo atrapado en un sistema obsoleto.
Por Gabriel Rodríguez/ Enviado