A la industria aeronáutica en general le ha costado trabajo progresar tras el impasse de la pandemia, lo cual no es novedad; no obstante, a Boeing se le ha vuelto tortuoso el escenario de recuperación.
Boeing anunció la emisión de 90 millones de acciones y un volumen de certificados de depósito, que permiten acceder a acciones, y podría recaudar hasta 24,300 millones de dólares para reforzar su caja, afectada por una huelga de seis semanas, y preservar su calificación crediticia de grado de inversión.
La medida impulsará las maltrechas finanzas de Boeing, que han empeorado desde que aproximadamente 33,000 de sus trabajadores abandonaron sus puestos de trabajo en septiembre, deteniendo la producción de modelos, incluido su avión 737 MAX, fuente de ingresos.
"La oferta es ciertamente favorable para la calidad crediticia. La tendremos en cuenta en nuestra evaluación de la calificación en el contexto de un flujo de caja libre negativo continuo", dijo Ben Tsocanos, director aeroespacial de S&P Global Ratings.
Retraso de entrega a clientes
S&P Global Ratings subrayó que el duro conflicto laboral ha puesto en peligro una serie de objetivos, en particular el aumento de la producción mensual del B737 MAX a 38 aviones para finales de año y el retorno a un flujo de caja libre positivo el próximo año.
En la división comercial, Boeing solo ha podido despachar 291 aviones en nueve meses. El grupo acabará el año con unas 410 entregas, frente a las 528 de 2023. Es la mitad de las 806 que entregó en 2018, su mejor año.
Por Edna Herrera/ Síguenos en Facebook, X y LinkedIn