El puerto de Topolobampo, está enfrentando una crisis que pone en entredicho su reputación y eficiencia. Bajo la gestión del ingeniero naval de Semar, Carlos Meraz Zavala, las instalaciones están en un estado caótico y carecen de infraestructura esencial, incluyendo lo más básico como son baños en condiciones de uso.
De un tiempo a la fecha, se han impuesto reglas absurdas y ambiguas que son un caldo de cultivo para la corrupción, desde el peso a discreción de la carga que ingresa al recinto, hasta la selección de empresas favoritas. La falta de coordinación entre la Guardia Nacional y la Marina agrava aún más la situación.
La consecuencia de esta problemática es la masiva salida de importadores y exportadores, -de este puerto del estado de Sinaloa que gobierna Rubén Rocha Moya -, hacia puertos más confiables, donde encuentran infraestructura profesional y reglas claras.
Es urgente que las autoridades que la Semar que encabeza el almirante Rafael Ojeda Durán, intervenga y reviertan esta situación. La profesionalización de los directores generales de las Administraciones del Sistema Portuario (Asiponas) es vital, así como la implementación de normativas claras y una mayor coordinación entre entidades.
De hecho, ello debería ser parte de la Política Nacional Marítima que ayer aprobó la Comisión de Marina de la Cámara de Diputados, encabezada por Jaime Martínez López.
La Semar no debería permitir que el puerto de Topolobampo siga en declive. Es momento de tomar medidas contundentes para restaurar su reputación y asegurar su correcto funcionamiento.