El transporte público constituye el cimiento de una sociedad que busca la igualdad de oportunidades. Acceder a un sistema de transporte masivo, accesible y fiable posibilita que las personas desarrollen sus actividades cotidianas al conectarlas con el deporte, el empleo, la educación y los servicios esenciales, eliminando la barrera económica y el compromiso significativo que implica la posesión de un automóvil privado.